Imagina los riñones de tu gato como dos filtros muy finos que limpian la sangre todo el día. En la enfermedad renal poliquística, dentro de esos filtros empiezan a aparecer quistes, que son como pequeñas “burbujas” llenas de líquido.
- Esos quistes:
- Están ahí desde que el gatito nace
- Al principio son muy pequeñitos
- Con los años pueden crecer y ocupar espacio dentro del riñón
- Al ir creciendo, pueden reemplazar tejido sano y dificultar el trabajo normal del riñón
Cuando suficiente parte del riñón está ocupada por quistes, la función renal se reduce y, con el tiempo, puede aparecer insuficiencia renal crónica.
No todos los gatos con ERPK evolucionan igual:
- Algunos desarrollan falla renal a edades tempranas
- Otros recién muestran problemas después de los 7–8 años
- Y hay gatos con quistes que nunca llegan a desarrollar falla renal grave
¿Por qué aparece? (Spoiler: no es culpa de la familia)
La ERPK es, ante todo, una enfermedad hereditaria. Es decir, viene “programada” en los genes.
- El gen más implicado es el PKD1, que sufre una mutación en algunos gatos.
- Esa mutación hace que se formen los quistes en los riñones.
- Es una enfermedad de transmisión dominante: si uno de los padres tiene el gen alterado, puede transmitirlo a los hijos.
Razas más predispuestas
Se ha encontrado la enfermedad con mucha frecuencia en gatos de razas con sangre Persa, como por ejemplo:
- Persa
- Himalayo
- Exotic Shorthair
- British Shorthair
- Ragdoll
- Scottish Fold, entre otras
Eso no significa que todos estos gatos estén enfermos, pero sí que tienen más riesgo. Los gatos mestizos pueden tener ERPK, pero es mucho menos frecuente.
Mensaje clave para familias
- Si tu gato tiene estas razas en su árbol genealógico, no es culpa tuya.
- Lo responsable es:
- Informarse
- Hacer chequeos
- Y, si el gato es positivo, no usarlo para reproducción.
Ahí es donde las familias y los criadores responsables ayudan a que la enfermedad se vuelva cada vez menos frecuente en el mundo felino.
Síntomas de la enfermedad renal poliquística: ¿qué puedes notar en casa?
En las primeras etapas, muchos gatos con ERPK no muestran ningún síntoma visible.
Por eso, a veces la enfermedad se descubre en un chequeo de rutina.
Con el tiempo, a medida que los quistes afectan más tejido renal, pueden empezar a aparecer cambios en el comportamiento y la salud del gato.
Síntomas tempranos (los más fáciles de pasar por alto)
Pon atención si notas:
- Aumento en la sed: tu gato bebe mucha más agua de lo habitual.
- Orina más cantidad o con más frecuencia: el arenero se llena más rápido.
- Pérdida de peso suave pero constante, aunque coma casi igual.
- Pelaje más opaco o “descuidado”: se acicala menos o se ve “tristón”.
Muchos de estos signos son típicos de enfermedad renal crónica en general, no solo de ERPK, así que siempre requieren consulta veterinaria.
Síntomas en etapas más avanzadas
Cuando el daño renal es más marcado, pueden aparecer:
- Vómitos recurrentes
- Náuseas (se acerca al plato, huele la comida y se va sin comer)
- Pérdida importante de peso y masa muscular
- Halitosis urémica: mal olor de boca distinto al del sarro
- Deshidratación: encías secas, piel poco elástica
- Letargo: duerme más, juega menos, se mueve poco
- En algunos casos, dificultad respiratoria por acumulación de líquido
Si ves varios de estos signos juntos, es urgente consultar con tu veterinario.
¿Cómo se diagnostica la ERPK en gatos?
Aquí viene la parte técnica, pero te la explico en modo “traductor felino–humano”.
El diagnóstico no se basa solo en “ver al gato y ya”. Se combinan varios pasos:
1. Historia clínica y examen físico
El veterinario te preguntará:
- ¿Desde cuándo ves cambios en tu gato?
- ¿Bebe más agua? ¿Orina más?
- ¿Ha perdido peso?
- ¿Tiene vómitos, diarrea, cambios de apetito?
Luego explorará al gato:
- Revisión de mucosas, hidratación, peso corporal
- Palpación del abdomen: a veces los riñones pueden sentirse agrandados o irregulares
2. Análisis de sangre
Buscan especialmente:
- Valores de urea y creatinina
- Fósforo, electrolitos
- Presencia de anemia
Alteraciones en estos parámetros indican que los riñones no están funcionando bien.
3. Análisis de orina
Sirve para evaluar:
- Capacidad del riñón para concentrar la orina
- Presencia de proteínas, sangre o células anormales
A menudo en la ERPK y en otras enfermedades renales se ve orina más diluida y con cambios en su composición.
4. Ecografía abdominal
Es la estrella del diagnóstico.
- Es una prueba de imagen no invasiva (como un “eco” del embarazo, pero en gatos).
- Permite ver los riñones en la pantalla y detectar quistes:
- Se ven como “bolitas” o cavidades redondeadas llenas de líquido.
- Pueden ser pocos y grandes, o muchos y pequeños.
En razas de riesgo, hay veterinarios que recomiendan una ecografía de cribado desde jóvenes para detectar la enfermedad antes de que haya síntomas.
5. Pruebas genéticas
En algunos países/laboratorios existen test de ADN que detectan la mutación del gen PKD1.
- Se hacen a partir de una muestra de sangre o hisopado bucal.
- Son especialmente útiles en:
- Gatos de criadero
- Programas de cría responsable
- Gatos jóvenes en los que todavía no se ven bien los quistes
Tratamiento: ¿qué se puede hacer por un gato con ERPK?
Aquí viene una verdad importante:
la enfermedad renal poliquística no tiene cura, en el sentido de “quitar los quistes y dejar el riñón nuevo”.
Peeero…
Sí podemos hacer mucho para que el gato:
- Viva más tiempo
- Viva mejor
- Tenga menos síntomas molestos
El enfoque es similar al de la enfermedad renal crónica.
1. Manejo de la alimentación
La dieta es una de las herramientas más potentes.
- Dieta renal comercial: formulada especialmente para gatos con enfermedad renal.
- Menos fósforo
- Proteína ajustada y de buena calidad
- Ácidos grasos omega-3 para apoyar la función renal
Nunca cambies radicalmente la comida en un solo día. Hazlo de forma gradual y siempre bajo recomendación del médico veterinario.
2. Hidratación, hidratación, hidratación
El riñón sufre menos cuando el cuerpo está bien hidratado.
- Ten siempre agua fresca disponible en varios puntos de la casa.
- Muchos gatos beben más si:
- Tienen fuentes de agua en movimiento
- Usas platos amplios donde no les toque los bigotes
- En algunos casos, tu veterinario puede enseñarte a poner suero subcutáneo en casa, cuando está indicado, para ayudar a mantener la hidratación.
3. Medicamentos de apoyo
Dependiendo de cada gato, el veterinario puede recetar:
- Antihipertensivos si hay hipertensión (la presión alta daña aún más el riñón).
- Antieméticos para controlar náuseas y vómitos.
- Protectores gastrointestinales.
- Quelantes de fósforo si el fósforo en sangre está elevado.
- Analgésicos seguros para gatos si hay dolor o malestar.
Jamás administres medicamentos humanos (ni “remedios caseros”) sin indicación veterinaria. Muchos son tóxicos para los gatos.
4. Controles periódicos
Un gato con ERPK necesita una relación estable con su veterinario:
- Controles de sangre y orina cada 3–6 meses (o según el caso)
- Ecografías de seguimiento cuando se consideren necesarias
- Ajuste de la dieta y medicación según evolución
Piensa en ello como un plan de mantenimiento para sus riñones.
Pronóstico: ¿cuánto puede vivir un gato con enfermedad renal poliquística?
Aquí no existe una respuesta única. El pronóstico depende de:
- Número y tamaño de los quistes
- Qué tan rápido evolucionan
- Momento del diagnóstico (temprano vs. tardío)
- Presencia de otras enfermedades asociadas
- Calidad del manejo en casa y constancia en los controles
En términos generales:
- Gatos diagnosticados temprano y con buena respuesta al manejo renal pueden:
- Vivir varios años con buena calidad de vida
- Tener una vejez razonablemente tranquila
- Gatos que se diagnostican ya en falla renal avanzada suelen tener un pronóstico más reservado y tiempos de supervivencia más cortos.
Lo más importante es que tu veterinario te hable con claridad sobre:
- Qué esperar en el corto y mediano plazo
- Qué signos de alarma debes vigilar en casa
- Cuándo habría que reevaluar el plan de tratamiento
Y algo fundamental: el objetivo siempre es calidad de vida, no solo “sumar días”.
¿Se puede prevenir la enfermedad renal poliquística en gatos?
En un gato que ya nació con la mutación genética, no podemos “borrarla”. Pero sí podemos actuar en dos niveles:
1. Prevención a nivel de cría (muy importante en razas de riesgo)
- No se deben cruzar gatos positivos a ERPK (por ecografía o test genético).
- Los criadores responsables:
- Hacen pruebas de sus reproductores
- Entregan información clara a las familias
- Evitan perpetuar la mutación en la población
Si vas a comprar un gato de raza Persa o similar:
- Pregunta por:
- Resultados de ecografía renal de los padres
- O test genético para PKD1
- Desconfía de quien se molesta cuando preguntas por salud genética. Un buen criador suele estar orgulloso de mostrar sus resultados.
2. Prevención de complicaciones en tu gato
Si tu gato ya tiene ERPK o está en riesgo:
- Mantén una alimentación de calidad, adecuada a su etapa de vida.
- Programa chequeos periódicos, aunque “parezca estar bien”.
- Controla su peso, apetito, consumo de agua y uso de la caja de arena.
- Evita el acceso a sustancias tóxicas (algunas plantas, productos de limpieza, medicamentos humanos).
- No le des dietas caseras o suplementos sin supervisión profesional.
La enfermedad no se va a “borrar”, pero puedes “jugar a favor” de sus riñones y darle mejores oportunidades.
Preguntas frecuentes de familias de gatos con ERPK
¿La enfermedad renal poliquística es contagiosa?
No.
No se contagia por contacto, saliva, arena ni convivencia.
Es una enfermedad genética, no infecciosa.
¿Mi gato sin raza también puede tener ERPK?
Es mucho menos frecuente, pero no imposible.
En la práctica, la mayoría de casos aparecen en gatos con sangre Persa u otras razas relacionadas, pero cualquier gato con riñones puede tener quistes por otras causas. Para eso están los exámenes.
¿La ERPK duele?
La enfermedad en sí no siempre se manifiesta como dolor agudo.
Lo que sí produce es:
- Malestar general
- Náuseas
- Letargo
- En etapas avanzadas, puede haber dolor abdominal o complicaciones
Un buen manejo veterinario incluye también control del dolor cuando es necesario.
¿Un gato con ERPK puede tener buena calidad de vida?
Sí, especialmente si:
- Se detecta antes de que haya daño muy avanzado
- La familia se compromete con la dieta, el agua, los medicamentos y los controles
- Se toman decisiones centradas en el bienestar del gato, no solo en “alargar” el proceso
Muchos gatos con riñones delicados siguen disfrutando de sus siestas al sol, sus cajas de cartón y sus mimos por años.
Acompañar a un gato con ERPK también es un acto de amor
La enfermedad renal poliquística puede sonar como una sentencia muy dura cuando la escuchas por primera vez en el consultorio. Es normal sentir miedo, culpa o tristeza.
Pero tu gato no necesita que seas perfecto:
necesita que estés informado, presente y dispuesto a acompañarlo.
- Pregunta todo lo que necesites a tu médico veterinario.
- Lleva un registro sencillo de:
- Peso
- Apetito
- Consumo de agua
- Cambios en el comportamiento
- No minimices los signos sutiles: a veces, llegar un poco antes hace una gran diferencia.
Y, sobre todo, no te olvides de lo esencial:
para tu gato, el diagnóstico es un detalle técnico; lo que realmente le importa es seguir teniendo a su persona favorita a su lado, cuidándolo, hablándole y haciéndole sentir seguro.








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