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La adopción cambió mi vida: Dahyana Parejo y su manada 

A veces se cree que al adoptar cambiaremos la vida de los animales que lleguen a nuestro hogar. Y sí, es una verdad indiscutible pero lo que no sabemos es que son ellos los que cambian nuestra vida. Dahyanna es la prueba de ello: con la llegada de sus 6 peludos su vida se transformó y ahora va con una filosofía de vida: la adopción cambió mi vida. 

Una casa de cuatro patas 

Dahyana y su familia multiespecie viven en el municipio de Mosquera, Cundinamarca. Su apartamento es peculiar: le encantan las plantas, de todos los tamaños y colores, y desde la entrada se pueden valorar. Además, tiene muchas decoraciones, que se notan que es lo suyo, su hogar lleno de pequeñas decoraciones le dan el toque ameno que necesitamos siempre.  

Sin embargo, hay algo muy particular e imposible de ignorar: los ladridos y maullidos de su “manada”, como ella los llama. Y que los sonidos no son para menos, ella tiene dos perros; Suki y Goofy; y cuatro gatos: Teo, Coral, Kira y la más pequeña Mady.  

Son esos cuatro pequeños pero valiosos animales los que llenan el día a día de Dahyana, su tiempo, amor y dedicación están enfocados para ellos. Lo maravillo del caso es que todo es recíproco. De cada uno de ellos recibe amor, de una manera diferente eso sí, pero todos valoran lo que ella a diario hace.  

Los inicios de la manada: El legado de Orión 

Orión era un labrador negro que llegó a la vida de Dahyana para transformarla, ella lo describe como un ser noble, alegre, pero sobre todo un líder innato. Fue él quien le enseñó a amar a los animales y quien le abrió las puertas de su hogar a sus demás hermanos.  

Por triste y difícil que parezca todos en esta vida tenemos un principio y un final. Aunque Orión ya no esté en este plano terrenal su legado permanece en cada uno de sus hermanos y en su tutora, Dahyana que se encarga de hablar de él siempre que le preguntan por su familia. 

Luego de la llegada de Orión a la vida de la protagonista de esta historia llega Teo. Un gato negro con ojos amarillos brillantes que cautivan a quien lo mire.

Aunque sea difícil de imaginar Orión y Teo se llevaban de maravilla. El sentido de liderazgo de Orión hizo que Teo se controlará y de a poco perdiera el miedo. El vacío que dejó la partida de Orión fue reemplazado con Coral, una pequeña gata que ahora asume el liderazgo de toda la manada. 

 De ahí para allá, el amor por los animales de Dahyana fue imparable: Llega Kira otra gatita negra que ella describe “como destinada para estar en su vida”, luego rescata a Suki, el pequeño terremoto del hogar. Suki es un cruce de Shanauzer que sufrió de muchas formas pero que hoy es un juguetón lleno de amor que nunca se cansa. 

Un poco después de él llega Goofy “su gemelo». No son sólo parecidos sino porque nunca se separan, detrás de uno siempre encontrarás al otro. Por último, a la vida de esta familia perruna y gatuna llega Mady. Hace tres meses Dahyana encontró a la pequeña Mady en su conjunto lastimada y decidió incluirla en su manada para más nunca irse. 

Un antes y un después en la vida de Dahyana 

Los seis animales de compañía que tiene Dahyana han sido rescatados. Ella con su amor incondicional decidió cambiarles la vida y darles una segunda oportunidad. Pero hay algo que poco saben y es que esos seis pequeños de cuatro patas fueron los que cambiaron la vida de Dahyana. 

Antes su vida era “muy normal” siempre la misma rutina: el trabajo, el estudio y la vida social. No era aburrida, ni más faltaba, pero era claro que algo estaba ausente en su vida. Siempre hay una sensación de ruptura del orden del día. La expectativa es la sensación común con la que se despierta, nunca tiene un plan fijo. Aunque bueno en realidad sí hay algo que nunca cambia, el amor de sus animales al llegar a casa.  

Ellos siempre me despiertan con una cosa diferente o atípica a una rutina 

Y es que Dahyana no ha aprendido de ellos solo a salirse de la monotonía, las enseñanzas diarias que tiene de cada uno de ellos superan la realidad. Lo primero que le ha dejado sus animales ha sido el orden “con ellos hay que saber que se deja en cada lugar” asegura Dahyana y enfatiza que de dejar las “cosas mal parqueadas” la sorpresa al levantarse es máxima. 

Pero hay algo que ha aprendido de ellos que ojalá como seres humanos pudiéramos comprender: cómo se debe amar. Muchas veces se tienen las ideas, algo erróneas, de que el amor es extremadamente dulce y afectivo. Hemos romantizado tanto esa idea que las decepciones que nos llevamos cuando nada ocurre como lo pensábamos son bastante grandes.

Pero todo sería diferente si amaramos un poco más como los animales y menos como los humanos.  

Y sí, como lo dice Dahyana, los humanos necesitamos afecto y el perro es el ideal para hacerlo. Pero ese afecto nunca traspasa nuestro ser y es ante todo leal, algo que con el paso del tiempo los humanos hemos olvidado. Y bueno, del amor de los gatos ni hablar. Muchas personas creen erróneamente que los gatos no aman y la verdad, que idea tan absurda.  

El amor que demuestra un gato es de lo más puro y sincero que podríamos encontrar. Ellos interpretan la vida y el cariño de una manera diferente a la que acostumbramos. Aman sin invadir, respetan el espacio de ellos y de los que aman, son distantes de alguna forma, pero siempre están pendientes. Y amar así debería ser nuestra misión, amar como gatos y ser leales como los perros. 

Esa quizás ha sido la enseñanza más valiosa que sus animales de compañía le han dejado a Dahyana.  

Como seres humanos deberíamos aprender eso de los animales, son seres sin filtro que transmiten lo que sienten. 

 Y sí, ojalá aprendiéramos de ellos un poco de cómo amar de verdad.  

De Dahyana y su manada: Un mensaje para todas las personas 

Si han llegado a este punto es porque probablemente igual que nosotros ustedes también sintieron esa conexión con la historia de Dahyana. Así que no podemos terminar la historia sin el mensaje más importante: La resiliencia. 

Últimamente hemos visto esta palabra más de lo normal y quizás rara vez nos sentamos a reflexionar sobre su significado. La resiliencia es la capacidad más valiente y maravillosa de los seres, es aquella que nos permite salir adelante usando el pasado como mecanismo de fuerza. Como colombianos hemos pasado muchas historias que nos han marcado, pero aquí seguimos, porque somos resilientes. 

Pero, aunque nos sorprenda esta capacidad no es única de los humanos. Dahyana asegura que de sus animales ha aprendido el verdadero valor y significado de la resiliencia. El pasado de todos y cada uno de los animales que viven en la casa de Dahyana ha sido algo oscuro, pero todos encontraron un motivo para continuar. 

Compartimos más de lo que creemos con los animales y por eso nuestra relación con ellos se debería basar en el respeto.

Dahyana Parejo

En materia de leyes de protección animal en Colombia se ha hecho bastante, incluso más que en otros países, pero el camino que queda aún es largo y depende de nosotros. 

Empezar por comprender que son seres sintientes es el primer paso, el segundo viene de la mano con él y es que comprendiendo que sienten como nosotros nunca les haremos daño alguno. De ahí en adelante podemos entender que son una responsabilidad para toda la vida y que su bienestar depende de nosotros. Tal como lo ha hecho Dahyana con su familia peluda.  

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