En épocas de pandemia desarrollamos esta historia, por eso el encuentro con la familia Orrego Palacio debió ser en la virtualidad. Las pantallas y artículos electrónicos le ponen cierto toque de frialdad a las relaciones humanas, pero incluso a través del monitor percibí lo caluroso y amoroso que es el hogar de Romero Aslan, un felino que tiene una historia de valentía, fortaleza y esperanza que les quiero compartir.
Los Orrego Palacio es una familia que siempre ha contado con la compañía y amor de las mascotas. El hogar actualmente está compuesto por Clara Palacio (la mamá), Martín Orrego (el papá), María Clara Orrego Palacio (hija humana mayor), Romeo Aslan (hijo felino) y Chester Alonso (hijo felino menor).
La familia Orrego visitaba eventos y ferias de felinos; sin embargo, al cabo de un tiempo el papá de la familia, Martín Orrego, asistió a uno y se enamoró de los gatos Maine Coon. Así fue como en un criadero de Bogotá conoció a Romeo, o en palabras de Clara Palacio, su esposa: “Romeo escogió a Martín”. Para ese entonces, Romeo llegaba a casa para compartir espacio con Shenoa, la primer gatita de la familia, desafortunadamente ella falleció en 2016 dejando al nuevo integrante cuidando y haciendo compañía a Clara, Martín y María Clara.
“Martín mi esposo fue quien le puso el nombre pues él dijo que Romeo es un gato que enamora”.
Clara Palacio.
Una característica marcada de la personalidad de Romeo es lo imponente y fuerte que puede ser, por eso recibió como segundo nombre Aslan, pues evocaba esa figura de autoridad del personaje de ficción de Las Crónicas de Narnia.
¿Qué le gusta hacer a Romeo?
Es muy activo y ama estar en compañía de todos los miembros de la familia. Este felino es muy mimado y demanda que le hablen y consientan constantemente.
Otra de las actividades favoritas del afortunado gato es estar en compañía y jugar con Chester Alonso, otro gato que adoptaron para que se hicieran compañía. El nombre del amigo incondicional de Romeo se dio porque es “todo un montañero” según la familia.
Además de la compañía de toda la familia, a este mini Aslan le gusta ejercitarse en su gimnasio, pues ama la altura.
El milagro
Todo marchaba a la perfección en la vida de los Orrego Palacio hasta que un día, a los 9 años de vida de Romeo, él empezó a presentar constantes desmayos. Resulta que los Maine Coon son predispuestos a problemas del corazón, y eso era lo que estaba viviendo el poderoso Romeo.
Lo que se presentó a continuación fue una épica travesía de 5 meses en los que la familia fue testigo no solo de un milagro, sino también de un trabajo en equipo de médicos humanos y veterinarios para regalarle a Romeo una recarga de vida para acompañar a sus seres amados. Desde el septiembre de 2019 Romeo visitó al veterinario y así transcurrieron los hechos:
“La calidad de vida es lo más importante para cualquier ser humano o mascota”
Martín Orrego.
La familia Orrego Palacio manifiestan que de toda esa maratón que vivieron al darle a Romeo hasta el último esfuerzo en prolongar su vida, lo más impactante fue el incansable trabajo de los médicos veterinarios y la manera en que se trabajó en equipo con un cardiólogo y electrofisiólogo humano. Esta Pet Family superó esa prueba de amor, pero además demostró que cuando todos nos unimos con un propósito común aportando nuestras habilidades, lo imposible no existe.
Romeo ha sido mi parcero, mi compinche por los últimos 10 años. Él ha estado en los momentos más difíciles de mi vida y siempre fui claro con mi familia y los veterinarios en que yo iba a hacer todo lo que estuviera en mis manos para salvarlo. Martín Orrego
Para esta Pet Family nunca existió la posibilidad de desahuciar a Romeo, ellos me contaban con mucha emoción y bondad en sus ojos que ver esas ganas de vivir de su hijo felino les daba la energía necesaria para seguir luchando.
“A él se le paraba el corazoncito y lo ponía a latir nuevamente, y viendo eso ¿quién podría ser capaz de darle la eutanasia a ese pelao?”.
Martín Orrego.
La mamá de la familia, Clara Palacio señala que: “Los médicos veterinarios colombianos son muy buenos y estudiosos y por eso confiamos todo el tiempo en ellos”. Además, entre risas admite que pusieron a estudiar tanto a médicos veterinarios como médicos humanos, porque desde la experiencia de cada parte se adentraban a terrenos inexplorados.
“Ese día se vivió la energía más hermosa en el CES, Romeo estuvo muy estable con la anestesia, en la noche ya estaba comiendo y a los 3 días ya estaba en casa”.
Clara Palacio.
Un marcapasos de amor
Pasando la página de ese episodio tan traumático, Romeo volvió a ser ese felino activo, juguetón, comelón, prácticamente como si le hubieran hecho un cambio de pilas.
Ahora él sigue con una alimentación especial, que por ser el consentido del papá de la casa es traída directamente de Estados Unidos. Se le debe estar monitoreando su frecuencia cardiaca, tarea que realiza su mamá con un estetoscopio de 2 a 3 veces a la semana, y le hacen chequeo médico cada dos a 3 meses con un eco y electrocardiograma.
Un mensaje para todas las Pet Family
Esta historia me conmovió con mayor razón porque puso a prueba el amor de la familia hacia su hijo felino, promulgar amor en las buenas es muy fácil, pero es en las épocas difíciles cuando de verdad se conoce si hay verdadero amor. Por eso quiero resaltar de esta historia algunos aprendizajes para que todos repliquemos y seamos mejores hogares multiespecie:
- Todos somos seres vivos sin importar la especie, y todos tenemos derecho a tener vida, pero más allá de eso calidad de vida.
- Si un animal de compañía enferma no podemos entrar en la mentalidad de que es un objeto que quitamos y ponemos, hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos por dale buenas condiciones de salud y seguir todos los caminos posibles que nos den nuestros médicos veterinarios de confianza.
- Si nos encontramos en calles sin salida pidamos ayuda, la bondad y generosidad humana existe, somos más los buenos, y siempre podremos encontrar una mano amiga.
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