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Yolanda Pereira y Kyra, un amor inseparable

¿Quién podría imaginar que el alma de un perrito podría llegar a ser casi que gemela a la de su tutor? Aunque parezca un disparate o algo cliché, lo que resulta cierto es que el amor no requiere de lógica alguna y eso lo constató Yolanda Pereira, una valluna radicada en Bucaramanga que conoció gracias a Kyra un amor diferente e incondicional. Por: Tatiana Bahamón Méndez

La familia Ramírez Pereira es de aquellas que al verlas tan solo bastan unos segundos para contagiarse de esa buena energía y alegría que irradian. Conocer la historia de cómo llegó Kyra a transformar sus vidas y llenarlas de ternura fue más que un placer.

Comenzaré por contarles que el culpable de la llegada de esa criatura que llenó de dinamismo, risas y de ahí para adelante todo lo que se puedan imaginar, fue el Dr. Jorge Ramírez Pereira, uno de sus hijos quien es amante de los animales y que se encuentra radicado en la capital, Bogotá. Ella llegó como un regalo caído del cielo, ubicándose con gran facilidad en el corazón de todos.

Al hogar Ramírez Pereira llegó Kyra recién nacida y poco a poco se fue adaptando al clima de la ciudad bonita y por supuesto que bastó poco tiempo para encariñarse con con sus padres humanos, Yolanda y Jorge. ¿Pero cómo no hacerlo? Si con sus mimos y constantes muestras de afecto, le hacían sentir que su llegada había sido lo mejor que les había podido pasar.

Una experiencia con final feliz

Kyra es una Border Collie y como es de esperarse, es inteligente, enérgica, empática con los niños y demasiado receptiva, características propias de su raza.

Jugar frisbee, jugar a las cogidas con los niños de la cuadra, hacer senderismo, natación y tener caminatas matutinas junto con su entrenador y demás compañeros perrunos, es de las actividades que hacen parte de la rutina de Kyra.

Con tres años de vida, esta hermosa Border Collie ha vivido en plena felicidad al lado de sus padres, sin embargo, estaría mintiendo si les digo que no ha tenido momentos difíciles. Como les venía contando, Kyra tiene un entrenador, se trata de Juan Anaya de la Escuela DogsFriendsColombia, quien se encarga de llevar a toda la manada a jugar, realizar caminatas de desgaste energético y recreacionales – ecológicas. Cuando Kyra tenía un año, en una de esas jornadas recurrentes él notó que ella extrañamente cojeaba y no dudó en hacérselo saber a sus tutores inmediatamente.

Luego de recibida la noticia, Yolanda y su esposo empezaron a visitar médicos veterinarios con el fin de obtener una respuesta ante esta condición repentina. Se trataba de una displasia de cadera grado dos, sin embargo, según las indicaciones dadas no debían realizar ningún tratamiento, solo evitar que Kyra saltara, pues podría empeorar su situación.

Al cumplir dos años su condición fue haciéndose más notoria y con ella muchas cosas fueron cambiando, estaba dejando de ser esa Kyra activa y juguetona que todos conocían, como consecuencia del dolor y agotamiento que le ocasionaba su problema de cadera. Sus padres humanos no dudaron en buscar ayuda de profesionales y después de pasar por varios consultorios y especialistas, llegaron a VETFIS, el Centro de Fisiatría, Rehabilitación y Medicina Complementaria para Pequeños Animales.

En Vetfis le realizaron la respectiva valoración y le detectaron displasia de cadera grado 3 y de la mano del doctor ortopedista Carlos Caballero empezó su tratamiento. Kyra finalmente fue sometida a una cirugía que culminó de manera exitosa, luego vino la recuperación y las terapias con el apoyo de los profesionales de Vetfis. Gracias a toda la ayuda que recibió de la doctora Tania Hoyos y los doctores Andrés Martínez y Diana Rondon que hacen parte de su equipo de médicos veterinarios, poco a poco fue fortaleciendo los tejidos, recuperando la movilidad de sus piernas y así pudo paulatinamente retomar las actividades que tan feliz la hacía.

“Cuando comenzó la transición entre lo que es la rehabilitación física y las terapias en la piscina, tuvimos mucha incertidumbre porque los avances no se veían, sin embargo, todo el proceso fue exitoso gracias a la rehabilitación realizada en Vetfis y a la constancia que hemos tenido”

Kyra hoy en día es la misma perrita alegre a la que todos estaban acostumbrados, y aunque su estado de salud es otro, continúa asistiendo a sesiones de piscina entre una a dos veces a la semana, porque si algo le dejó esta experiencia, fue el gusto por la natación.

Amor para toda la vida

La historia de esta Pet Family deja muchas enseñanzas, entre ellas, que el amor debe ser incondicional, porque si algo es cierto es que cuando prima ese sentimiento, sin importar la situación, el final es mucho mejor.

“Kyra llegó a nuestro hogar a llevar el vacío que dejaron nuestros hijos y tenerla con nosotros es un compromiso, una responsabilidad y una gran obra de amor” Yolanda Pereira.

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