El pelo de nuestra mascota, al igual que el nuestro, crece de una manera cíclica que consta de cuatro fases: crecimiento, transición, reposo y muda.
En la fase de crecimiento, el pelo nuevo nace y comienza a crecer. En la fase de transición, deja de crecer. Durante el reposo muere, y aunque se puede mantener en su lugar, no está anclado y se desprende con facilidad.
Y en la última, la de muda, se desprende y el folículo retorna a la fase de crecimiento.
Al igual que en todos los organismos, el manto tiene elementos que están en distintas etapas del ciclo, de modo que en un solo centímetro cuadrado podemos ver las cuatro fases en distintos pelos. Este ciclo tiene lugar entre 28 y hasta 35 días, según la raza de cada peludo.
A la caída de pelo de nuestro animal de compañía se le conoce como Alopecia y sucede por una cantidad enorme de causas. Puede estar localizada, es decir en una zona específica del cuerpo o por el contrario, puede ser generalizada, es decir cuando todo el organismo presenta esta característica.
Las causas pueden ser hereditarias o adquiridas, muchas veces, después del rasurado para algún procedimiento médico, ya sea por hospitalización, o en la estética, o incluso después de un periodo muy estresante para el animal, se puede tener una falta de pelo en una zona, esto es porque su crecimiento muchas veces es más lento y puede incluso detenerse.
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