Carolina nos invitó a Pereira a conocer su Pet Family, un hogar lleno de amor para los seis Bulldogs que la acompañan.
Esta diseñadora de modas trabaja administrando una fundación en la ciudad que ayuda a ancianos y niños a tener una nutrición adecuada, y cuando está en casa se convierte en la mamá de seis peludos de los que contaremos su historia.
Todo empezó a los 8 años, cuando su papá le regaló una cachorrita Bulldog, de ahí en adelante su amor por los perritos fue creciendo día tras día.
Hace 6 años su padre se encontró una perrita Bulldog en carretera y la llevó a la finca. Allí la bautizaron Lupe y fue el amor de Carolina por año y medio, pues desafortunadamente ella padecía de un tumor inoperable en el paladar, y tras ese tiempo el cáncer las separó.
Luego de esa amarga experiencia con Lupe, Carolina quiso adoptar otra gorda, casualmente otra Bulldog Inglés a la que bautizó Lula. Al año Lula tuvo una urgencia veterinaria y de camino al médico murió en el carro de una torsión gástrica.
Esa cadena de tristes eventos tenía devastada a Carolina, quien ya no sentía que podría soportar una pérdida más. Sin embargo, un día: “Conocí los cachetes de mi Pope y me volví a enamorar” relata Carolina con una enorme sonrisa. “Pope” o “Popeye” no solo le trajo nuevamente esperanza a su corazón, pues de él proviene toda la familia que son hoy en día.
Esta familia Bulldog inició con Popeye hace cinco años, a los seis meses decidieron llevar a casa a Luna y planearon su relación. Con todo los protocolos y consejos de su médico veterinario Luna quedó embarazada y trajo al mundo nueve hermosos cachorritos Bulldog Inglés de los que quedaron tres para hacer crecer esta Pet Family: Benjamín, Aurelia y Carlota.
No obstante, faltaba algo, la cereza del pastel, Lola una Bulldog Francés que llegó no solo para enternecer a toda la familia, sino para darle diversidad al grupo.
“Lola es una cachorrita Bulldog Francés de mi papá. Él me la encomendó para educarla en esta etapa de su vida.”
Carolina Quintero.
Una anécdota muy particular que nos relató Carolina fue de hace 5 años cuando Lula venía presentando mucho dolor por artritis para levantarse y caminar, parecía que el frío le incrementaba el dolor y por esta razón a Carolina le regalaron unas cobijas térmicas, y aprovechando sus conocimientos en diseño de modas ella decidió crear unas ruanas con esa tela para que cobijaran constantemente a Lula. “Las doblé, las corté, les puse un cuello, y resultó ser una buena técnica, ella dejó de cojear y además, estas le ayudaban a mantener el calor corporal.” nos compartió Carolina.
Fruto de dicha idea de esta mamá Bulldog, fue que algunos de sus conocidos le empezaran a hacer pedidos de su invención, y con el voz a voz más familias pudieron tener este detalle con sus peludos. Hoy toda la familia de Bulldogs tiene su pijama para dormir e incluso si al final del día Carolina no les ha puesto sus ruanas ellos empiezan a ladrar.
Lola, la Bulldog francés, recientemente empezó a presentar moquitos, pues la zona donde está la finca es un poco fría, por lo cual Carolina decidió diseñarle su propio saco y con eso solucionó esa molestia que tenía lola.
A ellos también les da frio y me gusta haber encontrado una solución para toda la familia.
Carolina Quintero.
“Los animales sienten, quieren, aman, respetan, entonces como agradecimiento a eso que ellos nos dan, debemos también quererlos, protegerlos y valorarlos como agradecimiento a su amor puro».
Carolina Quintero.
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