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La consentida Milu

Quién iba a pensar que un lunes 26 de diciembre de 2011 a las 4:30 de la tarde, llegaría a la familia Villamil Castro una gran sorpresa que alegraría sus vidas. Con 45 días de nacida en una caja de cartón envuelta en papel de regalo y decorada con un moño más grande que ella, llegó una cocker spaniel quien en poco tiempo tomó el nombre de Milu Villamil Castro.

Bastaron pocos segundos para que Milu se sintiera en un cálido y amoroso hogar gracias a la gran acogida que recibió por parte de su familia humana conformada por: su papá, mamá, dos hermanitas, una tía y su prima. Aunque a todos les demuestra su cariño perruno a través de lamidos, mimos, juegos y su fiel compañía, sin duda alguna, el amor que siente por su mamá y hermana mayor, no tiene comparación.

Milu una de las cosas que más disfruta a parte de jugar con su familia es deleitar su paladar. El plátano maduro, la zanahoria (solo si es rayada, de otra manera no es de su agrado), el pan, la arepa, el caldo de pollo y el helado, son un manjar para ella.

Las aventuras de milu

Niña y bebé como es llamada Milu por su familia, lleva ocho años derrochando amor y dejando encantados por su pelo, su ternura y fidelidad a quienes la conocen, incluyendo a los de su especie. ¡Ah, pero eso sí, es muy celosa!

Un domingo junto a su familia salió de paseo a la cabaña Alpina y en aquel lugar había un perro de raza San Bernardo que dejó encantados a todos, menos a Milu. Compartieron una sesión de fotos, él al parecer estaba muy contento pero Milu no estaba nada conforme con que estuviera tan cerca. Aun así su mami insistió y cuando el San Bernardo posó junto a ella, se orinó. Fueron tan solo algunas fotos las cuales se lograron capturar, y en cada una de ellas su pánico fue evidente.

  • Dentro de las cosas que no son del agrado de Milu, está el hecho de quedarse sola, que barran alrededor de su cama, que enciendan la aspiradora o estar cerca de perros grandes, pues siente gran temor.

un Amor incondicional

Mimada y consentida, así es Milu. Cuando va de paseo solo sube al carro si es encima de su mami, adora que la consientan debajo de sus orejas y en su barriguita. Algo que no puede faltar es dormir con todos sus muñecos (no puede faltar ni uno en su cama) y con un saco que le dio su papi, le encanta meterse debajo de las cobijas. ¡Ah! Y cuando a alguien de la casa le están haciendo masajes, se recuesta a su lado para que también la masajeen e incluso imita los sonidos de satisfacción que ellos hacen. En conclusión, para la familia Villamil Castro, Milu ha sido un regalo de Dios.

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