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Un carnaval de gatos en la Arenosa

Desde la capital del atlántico quiero presentarles una historia que no solo tiene el acostumbrado y eterno amor por los animales de compañía, sino que también nos muestra la realización del sueño de trabajar por el bienestar animal y el desarrollo de un emprendimiento. Por: Alexander Peña Bernal

En la labor de investigación de una historia en el caribe colombiano me hablaron de Laura del Toro, una mujer que brilla por la ternura con la que habla y relata su historia con los animales de compañía. Todo empezó con una pregunta que todo adulto le hace a un pequeño: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? Sin titubear Laura decía “Quiero ser médica veterinaria” y en un abrir y cerrar de ojos, esa niña a sus 24 años estaría recibiendo el título de Médica Veterinaria y Zootecnista en la Universidad San Martín.

Amores perrunos

Laura tenía 11 años cuando su padre Roberto del Toro y su madre Luz Elena Montalvo la sorprendieron con una Beagle a quien llamaría Nala. Por su parte, María Alejandra su hermana, recibió una Schnauzer que sería bautizada Reina.

Para este par de inseparables hermanas ese fue el inicio de una experiencia en la que la vida les enseñaría la disciplina que requiere tener un animal de compañía.

“Después de haber estudiado medicina veterinaria y comparando mi comportamiento cuando cuidé de Nala a mis 11 años, debo reconocer que como tutores de mascotas cometemos muchos errores, por eso es importante la guía del médico veterinario” Afirma Laura.

Nala y Reina compartieron con las niñas Del Toro 12 intensos años de mucho amor y aprendizaje. Ya desde un lugar mejor las observan y cuidan, pues es el eterno trabajo de estos ángeles de cuatro patas.

Locos por los gatos

Fotografías: Cortesía Laura del Toro

La soledad se hacía sentir en el hogar de los Del Toro, se extrañaba ese ruidito que hacían las uñas de ellas en el piso cuando se querían acercar para recibir un mimo de su cuidador. La casa estaba llena pero había una sensación intensa de soledad.

Como la vida es un buen libro en el que cada capítulo te puede transportar del drama a la comedia, todo conspiró para que en el edificio donde Laura habitaba, llegara una gatita a resguardarse en el parqueadero.

Al poco tiempo esta felina dio a luz a unos 4 o 5 gatitos y así fue como de este parto nació una nueva ilusión para la vida de Roberto, Laura y María Alejandra. Inicialmente padre e hija, junto con la comunidad, se encargaron de cuidar a la gatita y sus bebés en el parqueadero. Después de un tiempo los residentes del edificio se iban llevando los bebés uno a uno y cuando ya solo quedaban dos, los Del Toro decidieron llevarlos a casa.

Se trataba de dos gatitas, a una de ellas le lograron encontrar una buena familia y la otra recibió el nombre de Aria y se instaló en el hogar, pero sobre todo en el corazón de Laura.

“Siempre dije que era más de perros y pensaba que eran mejor que los gatos” afirmó entre risas Laura Del Toro

A la barranquillera lo que más le ha encantado de los felinos es que en su genio se parecen mucho a las personas. “Tú no puedes esperar a que haga lo que tú quieres o que esté contigo todo el tiempo, los gatos van a hacer lo que ellos quieran”.

Un antojo que no hace daño

Después de ser testigo del amor entre Aria y Laura, su hermana María Alejandra quiso conocer también el amor de un felino. Para esos días en el Parque Tomás Suri Salcedo, uno de los sitios más tradicionales de Barranquilla donde en Semana Santa se realiza el Festival Anual de Dulce, una fundación llevó a cabo una jornada de adopción.

Siendo el escenario perfecto para enamorarse, María Alejandra eligió una linda hembrita tricolor. La gatita llegó flaca y con un pelón en la cabeza, pero las hermanas Del Toro la recibieron con un buen baño y una placa que delataba su nombre: Frida.

“Frida es el pegote con mi hermana” Afirma Laura.

El alma gemela: Tomás

Fotografías: Cortesía Laura del Toro

Trabajando en el banco, Roberto Del Toro vio una dama que estaba entregando en adopción unos felinos y como él ya era parte del ‘Team felino’ se ofreció a encontrarles un hogar.

Era un macho y una hembra, esta última fue adoptada con facilidad, mientras que aquellos que visitaban al gato no le daban buena espina al papá de la casa, quien deseando siempre lo mejor para estos gatos, tomó la decisión de quedarse con Tomás o como le dicen: Tom.

Tom es gris rayado, tiene guantes y pecho blanco. Su nombre es la designación aramea para “Gemelo” y anticipa un poco lo que al cabo de un tiempo será para Laura, su alma gemela.

La llegada de este nuevo integrante emocionó a esta Pet Family, pero no distrajo a Laura de una realidad: el riesgo de tener dos hembras y un macho sin castrar. Ella me explicó que al presentarse esta situación se genera un proceso rápido de desarrollo masculino en el macho, es decir, que entraría en una fase de apareamiento mucho más rápido y efectivamente eso fue lo que pasó.

El embarazo

Joven promesa reproductiva, Tom embarazó a Aria con tan solo seis meses y medio. Ella dio a luz cuatro lindos gatitos dos machos y dos hembras.

De los cuatro gatitos uno llamó la atención de Laura al ser el más pequeño, lo que la llevó a pensar que fue quien recibió menos nutrición dentro del útero. Inmediatamente esta médica veterinaria se puso la camiseta de mamá nodriza para levantarse cada dos horas a pegarlo de Aria porque no tenía fuerza y se caía. Gracias a ese trabajo el gatito sobrevivió.

“Me dijeron que uno empieza con un gato y luego llegan más a tu vida, y así fue” Laura Del Toro

El cambio en Aria

Como toda gata mamá, Aria empezó a mudar su nido de lugar por la seguridad de sus crías. Sin embargo, se dieron algunas circunstancias que afectaron su comportamiento. Por un lado, Frida también entró en una fase nodriza y cuando Aria dejaba a los pequeños, ella entraba al nido a reemplazarla, pero luego no se quería ir.

En adición y siendo lo que Laura considera el detonante de un problema de comportamiento, decidieron ubicar a los bebés nuevamente donde Aria dio a luz para evitar el conflicto con Frida. Entonces, un día Laura fue a revisar a los bebés y vio la oportunidad de esconder unos plásticos para que los gatitos no los masticaran, razón por la cual Aria se sintió invadida en su espacio y atacó a su tutora. Con mucha tristeza Laura me relató cómo sufrió lesiones en los brazos, piernas y estómago, causados por arañazos y mordiscos de los que aún posee cicatrices.

Los siguientes en la lista de ataques fueron Tom, Roberto, María Alejandra y finalmente la señora encargada de las tareas domésticas en este hogar. Estos hechos terminaron desencadenando la decisión de entregarla a otra familia y así fue como Laura tuvo que decirle adiós a su amiga, que, a pesar de dejarle grandes recuerdos, y a sus hijos, dejaba también un vacío enorme en su corazón.

Recientes integrantes de esta Pet Family

Los hijos de Tomás y Aria poco a poco fueron encontrando hogar y finalmente Laura decidió quedarse con uno de los machos, Logan.

“Logan es idéntico a Aria y su genio es la mezcla de Aria y Tomás” relata Laura.

Logan terminó siendo el gato más grande, tiene el tamaño de un Poodle pequeño. Es tan grande que ya Laura no lo puede lidiar sola cuando debe medicarlo.

Finalmente, a la familia del Toro llegó Apolo. Es curioso porque Roberto esperaba en la puerta el domicilio de un perro caliente, pero lo primero que encontró fue un gato con el frio de las calles.

Apolo es de color crema claro, con rayas, guantes blancos y ojos azules. A pesar de que el padre de Laura estaba loco por un gato negro, tan pronto cruzó miradas con Apolo supo que era para él. A este felino le gusta mucho jugar con todo, incluso le daña las matas a Roberto.

El camino de emprender

Fotografías: Cortesía Laura del Toro

Cuando el amor por los animales de compañía y el emprendimiento se encuentran surgen cosas maravillosas. Todo empezó con una compañera del colegio de Laura, se suponía que iban a desarrollar snacks saludables para las mascotas. Por desgracia, el tiempo que exige la medicina veterinaria no permitió desarrollar esta primera idea.

Luego, con otra amiga del colegio desarrollaron el proyecto de Furpaws, que ofrece llaveros con diseños de animales de compañía. Sin embargo, Laura no pudo seguir con su amiga, quedando sola pero no sin ganas, y gracias a eso Furpaws es hoy una realidad.

“Furpaws murió dos veces, pero esta tercera ya es la vencida” afirma contundentemente Laura.

Fotografías: Cortesía Laura del Toro

El primer llavero lo hizo para su hermana porque ella quería uno de la gatita tricolor. Luego, la idea de negocio y sus primeros productos se fueron viralizando entre amigos y familiares.

De todas formas, toda idea de negocio siempre va a necesitar un impulso con capital. La confianza entera al emprendimiento y materialización de este, llegó de parte de su mamá Luz Elena, quien ha sido para Laura y María Alejandra su mayor motivación y su fiel apoyo, pues en gran parte gracias a su esfuerzo, Furpaws ha logrado crecer y sostenerse con el pasar del tiempo.

Para completar el equipo de trabajo, porque todo empresario sabe que solo no se puede crecer, ingresó su hermana. María Alejandra se encarga de la página de Instagram, poniéndole mucho amor y cariño a cada post.

Dentro de los productos más recientes Furpaws ofrece bordado lineal que es un elemento de decoración muy llamativo y lindo, como a manera de cuadro, y Laura me anticipó que para este año los tutores de mascotas tendrán una gran sorpresa.

Por eso los invitamos a seguir este emprendimiento de Laura del Toro en Instagram: @furpaws.baq

“Adoptar es un acto de amor que traerá para tu vida la necesidad de muchos actos de responsabilidad”.

Fotografías: Cortesía Laura del Toro

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