Sabemos que como tutores de perros o gatos una de las mayores preocupaciones es que ellos se enfermen, a diferencia de los humanos ellos no comunican su dolor como nosotros esperamos. Para resolver estas dudas conversamos con el doctor Diego Ordóñez, médico veterinario de la Universidad Nacional de Colombia y fundador de CINVET, quien nos contó de qué manera podemos identificar que nuestro perro o gato está presentando un cuadro de dolor.
¿Cómo sé si mi gato o perro presenta dolor?
Antes de continuar leyendo debes saber que al igual que nosotros los animales tienen mecanismos muy similares para protegerse del dolor. Es decir, que, así como cuando nos duele una pierna y no queremos que alguien más toque esta parte del cuerpo así sucede con ellos. Si hay dolor notarás un cambio en el comportamiento del animal.
El doctor Ordóñez asegura que existen dos tipos de dolor: El dolor agudo, que hace referencia al atropellamiento, caídas o traumas; y el dolor crónico el cual significa una enfermedad articular degenerativa en el cual el comportamiento de nuestro animal cambia por completo.
Puedes notar que algo pasa porque las actividades que normalmente hacía ahora le cuestan realizar. Por ejemplo, si el arenero de tu gato está muy alto notarás que comienza a orinar por fuera del mismo o que le cuesta subir como normalmente lo hacía.
Sin embargo, el doctor Diego también afirma que si el animal no siente dolor puede que haya perdido sensibilidad, tal como sucede en las personas diabéticas que por degeneración neuronal no presentan sensibilidad al dolor. El caso contrario sucede cuando nuestro animal está “hiperestésico” es decir que el sólo hecho de acariciarlos en el lomo produce un dolor en ellos y se tornan agresivos. En estos casos es importante que consultes al profesional veterinario de cabecera.
¿Es diferente la escala del dolor en perros y gatos?
Para el doctor Diego hay varias escalas que nos ayudan identificar y a distinguir el dolor en ambas especies. Lo principal es notar si la expresión facial ha cambiado, sea en perros o en gatos, en los felinos se puede ver como se bajan las orejas, los bigotes retraídos por espasmo facial o los ojos entrecerrados. Además, podemos ver que el animal se protege el vientre y se torna agresivo al acariciarlo.
Si eres tutor o tutora de gatos debes saber que las enfermedades renales son bastante comunes en ellos. Por eso, si notas que tu gato está acostado demasiado tiempo hacia un lado puede ser señal de dolor crónico por presencia de cálculos urinarios. De ahí la importancia de que revises constantemente como está orinando y estar al tanto si tu gato presente cambios o anormalidades.
Otra señal de que algo anda mal en nuestro animal es la falta de apetito o que se hidratan poco. La recomendación, si notas estos factores, es llevarlos a donde tu médico o médica veterinaria para que ellos determinen si hay presencia de enfermedad o es comportamental.
Atento, tranquilo e incluso curioso
Se aísla del entorno. Reacciona levemente a la herida
Inmóvil, pérdida del brillo en los ojos, cabeza más baja de los hombros. Responde agresivamente al dolor
Grulla o maúlla constantemente. Está más quieto. Reacciona agresivamente para evitar el tacto
Postrado, no responde al entorno, rigidez por movimientos, no responde al tacto
Algunos tips que nos brinda el doctor Diego
- Renuencia a la actividad física ¿qué tan solvente es mi perro o gato subiendo escaleras?
- Cambio de consumo de alimento ¿mi perro o gato come bien?
- Cambio de postura de micción o defecación ¿cómo se posiciona para orinar o hacer popó?
Por último, debes saber que el dolor en cualquier momento sea leve, moderado o agudo, debe ser señal de alerta. Recuerda que la ausencia de dolor hace parte de las cinco reglas del bienestar animal: Libre de temor, libre de dolor, libre de hambre, un entorno donde esté protegido y que respete su comportamiento natural.
Por ello la consulta veterinaria es algo que debe ser frecuente en tu animal de compañía. “Un año puede representarle a un animal de dos a cinco años por su expectativa de vida. Por ejemplo, si un perro geriátrico va cada dos años al veterinario es como si estuviese pasando ocho años para cada revisión” expresa el doctor Diego alrededor del tema de las consultas periódicas.
Recuerda que la consulta periódica es la única forma de garantizarle a tu animal la oportunidad de una vida digna e integra. De esta forma podremos saber si hay presencia de alguna enfermedad que esté afectando su vida y cómo podremos tratarla para que no evolucionen más o curarlos por completo.
Por: Lauren Franco y Camila Salamanca
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